BILLETE DE 50 CENTAVOS DE QUETZAL GUATEMALA 1986

$21.000,00

Billete de 50 Centavos de Quetzal Guatemala 1972–1983
Este billete, emitido por el Banco de Guatemala, rinde homenaje al héroe indígena Tecún Umán y al legado maya. En su anverso muestra su busto junto a un quetzal en vuelo y la figura del dios Chaac. El reverso presenta el Templo I de Tikal, ícono arqueológico nacional. Impreso por Thomas De La Rue, destaca por su diseño simbólico y artístico. Aunque desmonetizado en 1997, hoy es una pieza valiosa en el mundo de la numismática.

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El billete guatemalteco de 50 centavos de quetzal, emitido entre los años 1972 y 1983 por el Banco de Guatemala, es una pieza numismática de gran valor histórico y cultural. Aunque fue desmonetizado oficialmente el 6 de enero de 1997, este billete sigue siendo una referencia imprescindible para coleccionistas de papel moneda de América Latina, tanto por su diseño como por su simbolismo patrio.

Confeccionado en papel y con un tamaño de 156 × 67 mm, el billete presenta una composición visual sofisticada, con impresión en negro y verde sobre una subimpresión multicolor. Este detalle gráfico no solo aportaba elementos de seguridad sino también una estética distintiva, propia de la época. La impresión fue realizada por la prestigiosa firma británica Thomas De La Rue & Company, Limited, reconocida mundialmente por su excelencia en la impresión de billetes de alta seguridad.

Anverso: Un homenaje a la identidad nacional

En el anverso del billete destaca la figura de Tecún Umán, proclamado como Héroe Nacional de Guatemala. Este líder indígena k’iche’ es recordado por su resistencia contra los conquistadores españoles durante el siglo XVI y es símbolo de la lucha por la libertad y la dignidad del pueblo maya. Su busto, representado con solemnidad, aparece a la derecha del billete.

A su izquierda se aprecia un quetzal en vuelo, el ave nacional de Guatemala, emblema de libertad y símbolo del quetzal como unidad monetaria. Esta imagen refuerza el mensaje de independencia y orgullo nacional que el billete busca transmitir.

Además, se incluye un intrincado diseño de registro perfecto del dios maya Chaac, deidad de la lluvia y símbolo de fertilidad, lo que vincula la pieza con la cosmovisión indígena y la importancia de la agricultura para la cultura guatemalteca. Este detalle aporta profundidad histórica y estética a la composición.

Reverso: Tesoro arqueológico de Mesoamérica

En el reverso del billete, impreso en tonos marrones con subimpresiones verdes y negras, se encuentra una de las representaciones arquitectónicas más emblemáticas del legado maya: el Templo I de Tikal. Esta majestuosa construcción, también conocida como el Templo del Gran Jaguar, es una de las estructuras más reconocidas de la ciudad arqueológica de Tikal, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Al igual que en el anverso, el reverso cuenta con un diseño complementario del dios Chaac, lo que refuerza el equilibrio visual y cultural del billete, haciendo de esta pieza una fusión armoniosa entre historia, arte y patrimonio ancestral.

Aspectos técnicos y de seguridad

El billete incluye números de serie en color negro y un sistema de impresión avanzado para su época. La elección de colores y la utilización del registro perfecto eran métodos efectivos para prevenir falsificaciones y garantizar la autenticidad del billete. El diseño está claramente inspirado en valores patrióticos, cultura precolombina y la herencia maya, elementos fundamentales en la construcción de la identidad guatemalteca.

Valor coleccionable y legado histórico

Aunque fue retirado de circulación en 1997, el billete de 50 centavos de quetzal continúa siendo altamente valorado por coleccionistas de billetes latinoamericanos. Su valor numismático depende de factores como el estado de conservación, la serie y la rareza. Ejemplares en estado sin circular o con números de serie especiales pueden alcanzar precios superiores en el mercado especializado.

Para los amantes de la numismática, este billete no solo representa una denominación baja de uso común en su época, sino también una pieza artística que narra la historia, la resistencia indígena, y la riqueza arqueológica de Guatemala. Cada elemento —desde Tecún Umán hasta el Templo de Tikal— forma parte de un discurso visual que honra la memoria y la cultura nacional.